Setenil de las Bodegas es una de las localidades más singulares de los Pueblos Blancos de la Sierra de Cádiz debido a su particular entramado urbano, un caserío blanco incrustado literalmente en el cañón del Río Guadalporcún, declarado Conjunto Histórico Artístico.
No deja indiferente a nadie por la importancia de su patrimonio artístico, pero sobre todo, por la singularidad de sus calles-cuevas, siempre paralelas al río y la rústica belleza de su arquitectura popular construida aprovechando el tajo creado en la roca por el río en la parte baja de la Villa. Encanto mermado únicamente, por la cantidad de circulación de vehículos que hay por todo el casco histórico.
La calle Cuevas
del Sol, llamada así porque está orientada al sur, es piedra viva, lección
de geología al aire libre pero también techo y hogar desde la prehistoria. Roca
humanizada donde aún perduran las manchas de hollín de chimeneas y humeros,
además de las huellas de cal de sus antiguos moradores. Aquí se sitúan numerosas
tiendas, bares y restaurantes, donde degustar la suculenta cocina de Setenil en
un ambiente de lo más pintoresco o adquirir alguna delicatesen y recuerdos.
Cruzamos
al otro lado del río para visitar su hermana Cuevas de la Sombra, espectacular calle-cueva donde un
impresionante techo de roca caliza natural, nos sumerge en un túnel que cobija
viviendas, tiendas y animados bares. Pasear por esta calle, bajo estas piedras
ancestrales, es una sensación que nos adentra en un mundo irreal a medio cano
entre la química mineral y la literatura romántica.
Sólo en Setenil de las Bodegas puedes pasear bajo la lluvia sin mojarte, o empaparte de agua filtrada cuando no llueve desde hace días.
Nada como esta poesía de Gerardo Diego para describir esta extraña relación: “Setenil de las Bodegas, donde el cielo es de Roca, y el silencio de sueño de piqueta” |
La
Antigua Casa Consistorial construida
a principios del siglo XVI (antiguamente
Torre Albarrana de acceso a la fortaleza, siglos XIII-XV, Casa de la Harina, siglos
XV-XVIII y Casa Consistorial en los siglos XVI-XIX), alberga un rico artesonado mudéjar de par y nudillo, único
en la provincia, en cuya banda inferior puede leerse una inscripción
conmemorativa sobre la fecha en que Setenil fue conquistada por los Reyes Católicos
el 21 de septiembre de 1484, Día del Apóstol San Mateo. Su visita se inscribe
en la llamada Ruta
de los Reyes Católicos, un recorrido que permite conocer el legado
histórico de Setenil ligado a la conquista cristiana en1484.
Desde
los tiempos de Juan II de Castilla hasta el reinado de
los Reyes
Católicos se producirán siete sitios, de ahí el nombre de la ciudad Septem nihil (siete veces nada), siendo
el último de 1484 el que conduce a la victoria. Álora y Setenil fueron el
escenario en los que primero se experimentó con el nuevo y mortífero fuego
artillero que estrenaba Fernando el
Católico, derribaba los muros de aquellas fortalezas y sembraba el terror
entre los setenileños de la fortaleza. Setenil fue inexpugnable ante los
saeteros durante décadas y marcó la frontera del Reino de Granada, pero resultó
un blanco fácil ante el nuevo artilugio militar y el poderoso ejército del Marqués
de Cádiz. El 20 de septiembre de 1484 se rindió Setenil y los Reyes
Católicos la consideraron Villa Realenga y en 1501recibe de los monarcas la
Carta de Privilegios, donde se dispone un elevado número de franquicias y
beneficios equiparables a los que en ese momento gozaba Sevilla. En «Suspiros
del Moro», Emilio Castelar escribió: «Los pesadísimos cañones han acertado
a subir donde solamente llegan las nubes, y desde allí, han puesto en aprieto a
Setenil, a la inexpugnable Setenil, de quien dijeran los poetas que solamente
podían llevársela en sus garras las águilas”.
La escena de la rendición, que hoy vemos en una de las paredes de las bonitas calles de Setenil, también quedó grabada en uno de los respaldos de la soberbia Sillería de la CATEDRAL DE TOLEDO. El Coro bajo está formado por cincuenta asientos en los que se relata el hito de la conquista cristiana del Reino de Granada. Está labrado por el maestro Rodrigo Alemán entre 1489 y 1495. La escena de Setenil muestra la rendición del alcaide «moro», Hamete El Cordi, ante el Rey Fernando el Católico. Isabel estaba en Córdoba. Unos 200 vecinos musulmanes serán escoltados hasta Ronda. Un reducido grupo, unos 25, se quedará y fundará Alcalá del Valle. El historiador Juan Mata Carriazo describe así la escena: «Ante los fuertes muros de Setenil, tras los cuales asoman algunas casas de la ciudad, avanza la plana mayor de la caballería cristiana. A la cabeza marcha don Fernando, cubierta la armadura con rico y cumplido ropón, con corona y, al cuello, un pesado collar. A su lado, el Cardenal Mendoza, con las ropas de su dignidad, cabalga en una mula de cola corta y orejas erizadas. Dialoga con el cardenal un musulmán de distinción, cadena al cuello. A la izquierda del rey, también adornado con su collar, el Marqués de Cádiz. En segundo término, la cruz y el pendón real. Detrás, una masa compacta de caballeros. Por la puerta de la ciudad salen a rendirla sus jefes. El primero ha dejado el caballo, que un peón sujeta de la brida, y, la rodilla en tierra, destocado, presenta a don Fernando las llaves de la plaza. Detrás del alcaide, otros moros, todos ellos cubiertos, no con turbantes, sino con esa especie de gorro o bonete con el que luego se representa a los moriscos».
Las
calles de Setenil están salpicadas de miradores y rincones de una belleza
extraordinaria que la hacen única, como las calles Mina y su espacio “Andábamos para encontrarnos”, Calcetas o
Herrería, una de las calles más bonitas y románticas de Andalucía, como la
definió algún escritor, y con su “Besame
en este Rincón”, otra de las cinco paradas de la Ruta
del Amor de Setenil.
También
el Barrio de la Villa presume de
disfrutar de alguno de los más espectaculares y de conservar, a día de hoy,
vestigios de su pasado almohade al cobijo de las murallas de su castillo,
en torno al cual se comenzó a generar el desarrollo urbanístico setenileño.
Desde
el Balcón de la Plaza de la Villa
nos asomarnos a la calle Cabrerizas,
que representa una de las vías más singulares de Setenil, con un trazado que se
ha ido adaptando al curso del río, abriéndose a éste en uno de sus márgenes y
atesorando múltiples casas troglodíticas al otro, nacidas al cobijo de las
rocas. Protagonista de las aventuras de bandoleros reales y de ficción. Calles
de cine y espectaculares escenarios de la mítica serie de Curro Jiménez.
A nuestras espaldas se alza la Iglesia de Ntra. Señora de la Encarnación, de estilo gótico tardío. Fue construida sobre la mezquita mayor de la localidad con el patrocinio de los Reyes Católicos tras la conquista cristiana. Las obras no fueron concluidas hasta 1614, a lo que debe su sincretismo de estilos, que van desde el mudéjar inicial al gótico, con reminiscencias renacentistas.
El
elemento más reseñable de su interior es el Retablo de la Anunciación de
finales del siglo XV.
Desde
este templo procesiona la Hermandad
de la Santa Vera Cruz -Los Blancos en la Semana Santa setenileña, cuyo
titular es el Cristo de la Vera+Cruz.
Nos asomamos ahora al extraordinario Mirador el Lizón, situado a los pies de la Torre del Homenaje y sobre los muros de la antigua muralla árabe. Es uno de los más populares, pues nos regala una maravillosa panorámica de Setenil casi a vista de pájaro, con el tajo del Río Guadalporcún a nuestros pies.
La hermosa calle Jabonería abriéndose a su izquierda y la Ermita de Ntra. Señora del Carmen sobre el promontorio que corona las casas-cueva de esa calle. Esta ermita es uno de los edificios más emblemáticos de Setenil. En su interior destaca el retablo principal dedicado a Nuestra Señora del Carmen, patrona de la villa y advocación marinera que refiere las historias de los indianos que volvían desde América.
En
el mirador se encuentra también el rincón “Lo
Mejor de Setenil está aquí y eres tú”, otro de los puntos singulares de la
mencionada Ruta del Amor.
Junto a este se encuentra la Casa de la Damita de Setenil, edificio que alberga una colección museográfica que recorre la historia de Setenil a través de elementos arqueológicos hallados durante las excavaciones llevadas a cabo en la localidad. La pieza más significativa es La Damita de Setenil, una venus con cinco mil años de antigüedad que acredita la vida en las cuevas desde la Prehistoria.
Frente
a esta se alza la Torre del Homenaje,
el ejemplo más llamativo y de mayor prominencia del antiguo alcázar almohade
que desde el siglo XII cercaba la peña de Setenil y que necesitó de varios
asaltos hasta poder ser finalmente conquistada en 1484 por
las tropas de los Reyes
Católicos. Bajo este Torreón Almohade se encuentra el Aljibe, cuya función era la recogida del agua de lluvia para el
abastecimiento de la fortaleza. Consta de dos bóvedas de cañon, apoyadas en dos
centrales pilares y tres arcos de ladrillo. En la muralla árabe aún perviven
algunos tramos del sistema defensivo andalusí.
En el camino hacia la Ermita de San
Sebastián, se encuentra el mirador
Balcón de Setenil. Desde él se puede apreciar una visión
de todo el pueblo, las calles más significativas bajo la roca, los edificios y
monumentos más emblemáticos de la localidad y el entorno natural del municipio
y de la Sierra de Cádiz.
Y para finalizar, ya fuera del pueblo se alza la Ermita de San Sebastián, primera edificación cristiana de Setenil tras ser conquistada por los Reyes Católicos y lugar donde emplazaron el campamento del sitio durante la última etapa del asedio a al resistente fortaleza de Setenil. Aquí se ubicaron las bombardas que rompieron los muros de la muralla árabe. Cuenta una leyenda popular, que la advocación bajo la cual se coloca la ermita se debe a que, durante el asedio de Setenil, la Reina Isabel dio a luz un hijo prematuro que falleció a las pocas horas de nacer y al que bautizó como Sebastián, en el que sería uno de los primeros hospitales militares de la historia.
También podemos acercarnos a las Ruinas Romanas de Acinipo, situadas en el término municipal de Ronda. Se trata de las ruinas de una antigua ciudad que tuvo su época de mayor esplendor a finales del siglo I d.C. El Teatro es el elemento mejor conservado del yacimiento, un monumento que se halla muy ligado a la identidad setenileña, localidad desde la que las distancias para visitarlo son menores (no es accesible a personas con movilidad reducida).
Asimismo,
en el municipio se inscribe una amplia oferta de senderos y rutas
en las que disfrutar de su privilegiado entorno.
Aparcamiento Los Caños Calle Cjón., 45, 3
36°51'49.2"N 5°11'00.1"W
Aparcamiento Colegio Publico “Virgen del Carmen”
Urb. Almendral s/n
Aparcamiento Parque de la Granja C. Vicente
Aleixandre, 11692
Aparcamiento Recinto Ferial 36°51'52.9"N 5°10'45.4"W
TODA LA INFORMACIÓN INCLUIDA EN ESTA
PUBLICACIÓN HA SIDO RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES:
https://turismodesetenil.com/que-visitar/
https://es.wikipedia.org/wiki/Setenil_de_las_Bodegas
https://www.veracruzsetenil.es/#
https://www.lospueblosmasbonitosdeespana.org/andalucia/setenil-de-las-bodegas/
https://imaginasetenil.com/2015/01/24/la-ruta-de-los-reyes-catolicos-en-setenil/
https://www.ruralsierrasol.es/5-miradores-de-setenil-de-las-bodegas-para-apreciar-su-belleza/
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