RONDA, MÁLAGA

 

En esta ocasión compartimos nuestra visita a este encantador rincón, reconocido como uno de los pueblos más pintorescos de Málaga, cuyo atractivo emana de su estratégica ubicación, enclavado en la depresión de Ronda y abrazado por majestuosas montañas.

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Esa extraordinaria belleza del enclave de esta milenaria Ciudad del Tajo, hace a su vez bastante dificultoso el paseo, sin ayuda, por algunas de las sinuosas calles del casco antiguo, a personas con movilidad reducida.

Como veníamos de visitar SETENIL DE LAS BODEGAS (enlace a nuestra publicación), una de las localidades más singulares de los Pueblos Blancos de la Sierra de Cádiz. 

Antes de empezar nuestra aventura, decidimos recargar energías en uno de los numerosos lugares de la localidad, donde degustamos una buena variedad de ricas tapas.  

Explorar Ronda es sumergirse en una travesía que sigue los vestigios dejados por diversas civilizaciones a lo largo de su rica historia.

Nos topamos primeramente con la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced, de finales del siglo XVI, aledaña al Convento de clausura de Monjas Carmelitas. La fachada principal de la Iglesia se sitúa sobre una amplia escalinata, que da a un recinto llano, la fachada cuenta con tres calles de mampostería, una portada de piedra con arco de medio punto, y una torre octogonal de ladrillo revocado.

Como curiosidad, señalar que en su interior se guarda con un celo especial, digno de la Orden Carmelitana, la mano incorrupta de Santa Teresa de Jesús atribuida al siglo XVII. Antes de la Guerra Civil se conservaba en Ronda y en la contienda militar fue sustraída y trasladada a Málaga; allí fue encontrada por las tropas del bando Nacional y entregada al General Francisco Franco Baamonde, que la conservó hasta su muerte en el PALACIO REAL DEL PARDO (enlace a nuestra publicación), sobre un mueble de su habitación; en determinadas ocasiones se hizo acompañar de la Santa Mano en algunos de sus desplazamientos. Muerto Franco en 1.975, la Mano de Santa Teresa volvió a su “hogar” rondeño, donde se puede venerar por los devotos y custodiada por la comunidad de Carmelitas, en un relicario de plata dorada con incrustaciones de piedras preciosas.

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Frente al templo, se despliega la cautivadora y sombría Alameda del Tajo, un oasis verde que destaca entre los paisajes urbanos. Durante los cálidos meses estivales, en este jardín botánico del siglo XIX, antaño conocido como la Alameda de San Carlos, buscan protección del sol, tanto los habitantes de Ronda como los visitantes, bajo sus árboles bicentenarios incluidos en la guía de árboles de Málaga y provincia, como el cedro del Himalaya, el gran pino piñonero o la acacia de tres espinas. Finalizada en 1806 fue pagada con multas de quienes eran sorprendidos en comportamientos "escandalosos".

En el corazón del paseo central, nos dejamos cautivar por el encanto del monumento a las Damas Goyescas, que representa a una mujer ataviada con el típico traje Goyesco, en homenaje de las cientos de mujeres rondeñas que han tenido la oportunidad de ser elegidas como Damas Goyescas y presidentes de la feria rondeña. Es una obra a tamaño natural realizada por el escultor sevillano Francisco Parra. 

Está mirando a la estatua que recuerda al maestro Pedro Romero (realizada por el escultor Vicente Bolós) buscando así la complicidad de ambas obras, que representan fielmente los únicos festejos dedicados a un torero que se celebran en todo el mundo. Declarados de interés turístico nacional de Andalucía han alcanzado gran fama, sobre todo, por la realización de las Corridas Goyescas, cuando los matadores y toda su cuadrilla visten con atuendos de época recogidos de los cuadros de Goya. Incluso parte del público que asiste a las corridas se viste acorde con ese mágico retorno al pasado. 


Cuando en el siglo dieciocho los toreros a pie toman el relevo de los caballeros en los juegos con el toro, surge en Ronda la familia de los Romero, que durante tres generaciones reúne a los toreros más singulares de la época. Entre ellos destacó, sobre todos, Don Pedro Romero (de 1754 a 1839), figura cumbre y la más representativa de la tauromaquia. Se retiró después de estoquear más de 5.000 toros sin recibir el más mínimo rasguño. Su personalidad consiguió que su oficio alcanzara dignidad social y respeto al reunir valor, destreza y sentido estético. 


Como curiosidad señalar que fue muy amigo de Goya, retratando a él y a su hermano en su Tauromaquia. El 19 de mayo de 1785 inauguró la Plaza de toros de Ronda.


Foto recogida de: httpsupload.wikimedia.orgwikipediacommonsthumb009Francisco_de_Goya_-_Portrait_of_the_Matador_Pedro_Romero_-_Google_Art_Project.jpg800px-Francisco_de_Goya_-_Portrait_of_the_Matador_P

Las cinco avenidas paralelas que la conforman, vienen a desembocar en un paseo con una impresionante balconada situada sobre el mismo borde del abismo, desde donde podemos percibir la altura a la que nos encontramos y contemplar la belleza del paisaje de la Serranía.

Unos de los balcones más conocidos internacionalmente es el « Balcón del Coño », llamado así por la sensación de vértigo que genera.

El paseo se prolonga hacia el norte, bordeando la cornisa hasta el Hotel Victoria, por el llamado paseo de los ingleses. Bajo él se encuentra la espectacular formación geológica conocida popularmente como el "Asa de la Caldera". 

Imagen recogida de: httpwww.laserranianatural.comwp-contentuploads201703asa-de-la-caldera-redu.jpg

Pero nosotros nos dirigimos hacia el sur para conocer la Plaza de Toros más antigua de España y una de las más monumentales que existen. Esta Real Maestranza de Caballería de Ronda es un emblema de la tradición taurina del pueblo, siendo escenario de hazañas taurinas de renombrados matadores, entre ellos, Antonio Ordóñez, conocido como el "maestro de maestros".

Aquí nos adentramos en el fascinante Paseo de Blas Infante, otro rincón verdaderamente especial diseñado para descansar y relajarte, lleno de sorpresas que te cautivarán en cada paso.

Así, en la misma entrada del parque están los monumentos, diseñados por el prestigioso escultor sevillano Paco Parra, y dedicados a dos insignes personajes norteamericanos. Uno es el escritor Premio Nobel de Literatura y ganador del Premio Pulitzer 1953, Ernest Hemingway (1899-1961),  que visita Ronda por primera vez en 1923. Su primera novela de éxito ‘Fiesta’ fue inspirada por el encuentro en un hotel en Pamplona con el torero rondeño Cayetano Ordóñez, ‘Niño de la Palma’. Le siguió por los ruedos durante mucho tiempo, libreta en mano. Años más tarde conocería a su hijo, Antonio Ordóñez, con quien trabó una gran amistad, y a quien también siguió, dispuesto a escribir el día a día del mejor torero de la época. Ronda era la ciudad andaluza favorita de Hemingway, y la citó en varias de sus obras.

El otro es al director de cine Orson Welles, que estaba fascinado por los toros y por España, lo que le llevó a instalarse en nuestro país durante largas temporadas, rodando aquí varias de sus películas y acompañando por los ruedos a su amigo rondeño Antonio Ordóñez, a quien grabó con su propia cámara alguna de sus grandes faenas. Varias veces estuvo presente en la tradicional corrida goyesca de Ronda, hospedándose siempre en casa de su amigo, la finca el Recreo de San Cayetano. Es en este lugar donde descansan los restos de Orson Welles, por deseo expreso del cineasta.

En este entorno, se encuentra la imagen en bronce del político y escritor Blas Infante Pérez de Vargas, padre de la patria andaluza, que inicialmente estuvo emplazada en la plaza del Socorro delante del casino, lugar donde se originó la bandera de Andalucía. Es el autor de Tierra y Libertad, o el grito por la tierra y la libertad, título de la película de Ken Loach sobre la guerra civil. Fue fusilado por los militares golpistas en los inicios de la guerra civil española.

En el parque destacan también el mausoleo del pintor japonés Miki Haruta, que cuando conoció Ronda no quiso irse. A través de sus acuarelas mostró al mundo los azules cielos rondeños y la claridad de sus entornos. 



El parque ofrece unas vistas estupendas, sobre todo cuando lo recorres para llegar al Mirador de Ronda.


Además, conecta con todos los caminos que rodean la parte superior del desfiladero, en nuestro caso, rodeando el Parador de Turismo, desde el que tenemos una preciosa perspectiva del mirador anterior, donde se alza el templete de hierro. 

A nuestros pies, al fondo del barranco, distinguimos los restos de murallas y puertas Islámicas de Ronda


Estos en concreto formaban parte de las 
Murallas de la Albacara, cuya función era la defensa de la ciudad, todo el terreno que actualmente comprende el Campillo entre la Puerta del Cristo o de los Molinos y la Puerta del Viento, hasta el murallón exterior de las murallas de la parte sur de la Alcazaba, esta segunda muralla estaba destinada como Albacara y para encerrar el ganado en caso de peligro.

El recorrido nos lleva ahora por el Paseo de Kazunori Yamauchi (así nombrado en honor al creador del videojuego Gran Turismo y piloto de carreras profesional), al famoso Puente Nuevo.

Ronda, un pueblo milenario dividido por la brecha formada por el río Guadalevín y que se une por tres puentes, siendo el Puente Nuevo el símbolo de Ronda y la imagen más conocida de la ciudad. Es por eso que ha sido declarado Monumento natural de Andalucía.

Esta obra maestra de 98 metros de altura, construida en sillares de piedra extraídos del fondo de la garganta del Tajo, permitió la conexión del barrio moderno o del Mercadillo con el barrio antiguo de la ciudad y posibilitó la expansión urbanística de la ciudad.

Hubo dos grandes proyectos para la realización de esta obra. El primero del año 1735, reinando Felipe V, que consistió en un arco de 35 metros de diámetro, cuyas obras duraron tan sólo 8 meses, pero que resultó infructuoso pues seis años después se derrumbó, ocasionando la muerte a unas 50 personas aproximadamente. En 1751 comenzaron las obras de este puente nuevo y finalizaron en Mayo de 1793, coincidiendo con la celebración de la Real Feria de Mayo en Ronda. En total se invirtieron más de 40 años, estando al frente de las mismas el arquitecto Don José Martín de Aldehuela, natural del pueblo turolense de Manzanera.

Como curiosidades, citar que: El Puente Nuevo fue el puente con el vano más alto del mundo desde su construcción, hasta 1839, cuando fue superado por el puente de la Caille.

En 1917 tuvo lugar un trágico suceso en el Puente Nuevo de Ronda cuando un desprendimiento de rocas en la garganta, en plena noche, sepultó literalmente a un total de 15 personas, diez de una misma familia, que se encontraban durmiendo en los molinos que en el fondo del Tajo se situaban para aprovechar la fuerza de la corriente del río Guadalevín.

En el interior del puente hay una cámara sobre el arco central que se utilizó para una variedad de propósitos, incluso como prisión. Durante la Guerra Civil de 1936-1939, ambos bandos presuntamente utilizaron la prisión como cámara de tortura para los opositores capturados, matando a algunos arrojándolos desde las ventanas, a las rocas en el fondo del desfiladero. Se ingresa a la cámara a través de un edificio cuadrado que alguna vez fue la caseta de vigilancia. Hoy en día contiene un Centro de Interpretación que describe la historia y la construcción del puente.

El puente Nuevo de Ronda aparece en diversas escenas de la serie Warrior Nun, estrenada en 2020 en Netflix.

Cuando cruzas la animada Plaza de España, debes girarte y maravillarte con la majestuosidad del el Parador de Turismo de Ronda, que desde 1994, se erige con imponente gracia sobre los históricos cimientos del ayuntamiento y el mercado de abastos, preservando con esmero la fachada original de la Casa Consistorial, el tradicional reloj; o sus arcadas, que en ese día en particular ofrecían refugio a los visitantes, brindándoles una pausa reparadora del abrasador calor. 

Nos asomamos al otro lado del puente, revelándose unas vistas impresionantes del Tajo, adornado por el encanto del puente viejo que lo cruza con gracia. A la derecha, emerge con esplendor los exquisitos jardines de la Casa del Rey Moro, creando un escenario digno de un cuento de hadas.



Cruzamos el puente nuevo y nos topamos con el que hoy es Palacio de Exposiciones y Congresos, que ocupa las instalaciones del antiguo Convento de Santo Domingo, fundado por los Reyes Católicos tras la reconquista de Ronda y entregado a los frailes dominicos bajo la advocación de San Pedro Mártir. Fue la sede del Tribunal de la Inquisición durante mucho tiempo, y su construcción se remonta al siglo XVI. El edificio es un compendio de estilos góticos, mudéjares y renacentistas, de lo que fue originariamente, quedan la iglesia y restos de las celdas y galerías en la parte norte.

A sus puertas se abre un maravilloso mirador,  cuyas vistas del anteriormente mencionado Puente Nuevo y las casas colgando sobre el mismo borde del Tajo, son espectaculares. Pero también, hacia las Sierras como la de la Blanquilla, la de Juan Diego, o la de Oreganal son impresionantes, y todo gracias a la situación en altura del mismo.

Este mirador fue destino de los  viajeros románticos que emprendían el camino del  Grand Tour en busca de lo auténtico, entre los que encontramos a W. Irving, Edmond Boissier o Lady Tenison. Son muchos los nombres de viajeros románticos que contribuyeron a que Andalucía y Ronda sean hoy un destino turístico preferente para muchos europeos. Sin embargo obras como “Cuentos de la Alhambra” de Washington Irving (1832), o “Manual para Viajeros en España” de Richard Ford (1844) o “La Biblia en España” de Georges Borrow (1843), -que inspiró obras como Carmen de Merimée, posteriormente adaptada como ópera por Bizet-, han sido las que más influencia han tenido en países como Inglaterra, Alemania o Francia.

No muy lejos, en el muro de la iglesia del convento, una notable cerámica titulada A pocos pasos, sobre el antiguo muro de la iglesia del convento, se erige una fascinante obra de cerámica titulada "Ronda a los viajeros Románticos", que rinde homenaje a esos turistas del siglo XIX, ensalzando alguna de sus inmortalizadas frases.

Seguimos el paseo adentrándonos en el casco antiguo por la bonita Calle Tenorio, que toma el nombre de un político rondeño que fue diputado provincial llamado Joaquín Tenorio Vega. Pero si ahondamos más hacia atrás en el tiempo, veremos que ésta y todas las calles de Ronda, hasta el siglo XVIII no tenían nombre, sino que se les llamaba por oficios o motes que los ciudadanos ponían.


En esta calle encontramos edificios interesantes, ya que en ella habitaron familias adineradas. Como la Casa de los Condes de Montelirio, actual hotel. En su interior conserva algunos restos de época nazarí como son la Alberca y el Baño Turco. O la casa donde vivió el ilustre hijo predilecto de esta ciudad D. Federico Serratosa Márquez, médico del pueblo.


La Casa de San Juan Bosco, palacete modernista de principios del siglo XX. Esta casa perteneció a la familia de los Granadinos quienes lo cedieron a la Congregación Salesiana para ser lugar de reposo para sacerdotes ancianos y enfermos. De su interior destaca su patio de evocación nazarí con una bella panorámica sobre la serranía, su colección de cerámica regional, sus tapices del siglo XIX y su mobiliario de madera de nogal.

Seguiremos viendo numerosos portales pertenecientes a mansiones y palacetes, llamándonos la atención uno en el que se puede ver un sol y una luna.


Esta calle desemboca en la plaza María Auxiliadora, más conocida por l@s rondeñ@s como plaza del Campillo. En el centro de la plaza encontramos una escultura de Don Bosco arropada bajo la frescura de pinsapos y abetos endémicos de la Serranía de Ronda. Bajo la sombra protectora de estos árboles, encontramos el refugio perfecto del sol, convirtiendo la plaza en un oasis donde podemos relajarnos y recargar energías.

Reanudamos la marcha y pocos pasos más adelante no detenemos en el Palacio de Mondragón, conocido también como Palacio del Marqués de Villasierra. Constituye un magnifico bien arquitectónico, sin duda el monumento civil más significativo de Ronda. Dice la leyenda que fue residencia del gran rey Abbel Malik o Abomelic, hijo del sultán de Marruecos Abul Asan.


En la actualidad el palacio alberga el Museo Municipal de Ronda, de carácter histórico-arqueológico, alberga en sus instalaciones una colección permanente que ofrece un discurso sobre la historia de la comarca apoyado en las diferentes investigaciones arqueológicas desarrolladas hasta el momento en el territorio.

Este encantador paseo nos va descubriendo bellos rincones rondeños, como aquel que, a través de un arco nos lleva la Plaza de Sor Ángela de la Cruz, y después, a la también empedrada Plaza del poeta Pedro Pérez Clotet. 




Aquí se abre la Puerta de Poniente en la Iglesia de Santa María, sorprendiéndonos con la elevada posición de su aldaba, una reliquia que evoca la posibilidad de que, en tiempos pasados, caballerías y viajeros atravesaran este umbral. 


Así llegamos a la Plaza Duquesa de Parcent, también conocida como Plaza Mayor. Un lugar emblemático en la parte vieja de la ciudad, ya que en época árabe albergaba los edificios más representativos de la Madinat (medina o ciudad): Mezquita Mayor, el Zoco, la Cárcel y el Alcázar, y tras la conquista cristiana en 1485, su función era casi igual: la Iglesia Mayor, Ayuntamiento y Cárcel, Alhóndiga, Castillo y Comercios.

Alberga a día de hoy diversos edificios importantes como: la Iglesia Santa María de la Encarnación, también llamada Iglesia de Santa María la Mayor, levantada en la parte más alta de la ciudad, sobre un antiguo templo romano en memoria de Julio César.

A finales del siglo XI, los árabes construyeron sobre las ruinas de una iglesia visigoda, construida también en dicho lugar, una mezquita mayor, de la que se conservan la torre mudéjar actual campanario y los restos del arco del Mirhab así como la parte trasera del altar con decoraciones de la dinastía nazarí del s.XIII. Tras la conquista de Ronda, Fernando el Católico la consagra en nombre de la Virgen de Encarnación de la que su esposa era fiel devota, como abadía; más tarde Carlos I le concedió el privilegio de Iglesia Mayor de ahí su otro nombre. Fue restaurada varias veces como consecuencia de la caída de un rayo en 1523. Tras el terremoto de 1580  decidieron ampliarla semejándola a las catedrales de Málaga y Granada en estilo Renacentista, con columnas corintias y toscanas, las obras duraron de 1584 a 1704.

Es de planta cuadrada con cuatro cuerpos superpuestos, resaltando el tercero de forma octogonal (el campanario) con crestería gótica y el cuatro decorado con semiesferas vidriadas y rematando la torre un capulín del s.XVIII recubiertos de azulejos en blanco y azul. En su parte izquierda, La Casita de La Torre de estilo mudéjar, con bellos arcos cegados de herradura al frente, utilizado como oratorio independiente. A la derecha las balconadas construidas por Felipe II ocultan la anterior Iglesia gótica de la que se percibe su arco apuntado; desde ellas la nobleza contemplaba diversos actos sociales de la ciudad.

La iglesia tiene cuatro puertas de entrada, dos hacia la iglesia nueva y otras dos a la parte antigua. 

Se destacan estas dos últimas, que repiten composición con arco de medio punto entre pilastras terminadas en pirámides y hornacina en el centro y la decoración profusa de rosetas y los leones alados, de cuyas lenguas cuelgan animales.

De igual manera, resulta fascinante observar los numerosos canecillos que sostienen con gracia el alero. Cada uno de estos elementos esculpidos parece contarnos su propia historia, añadiendo un toque de curiosidad al que los observa.

Cerrando la plaza al Este vemos el Ayuntamiento, construido en 1734 sobre las antiguas tiendas que se alojaban en La Plaza Mayor de la ciudad. Formando el conjunto urbanístico más importante de la ciudad en el siglo XVI, al que se unían el Viejo Pósito, la Alhóndiga y La Panadera Mayor. En sus inicios fue cuartel de las milicias de Felipe V. Fue reconstruido hacia 1818 tras la guerra con los franceses. En 1978 se realizó su última reforma dando lugar a la ubicación del ayuntamiento.

El edificio tiene tres plantas, una escalera de acceso embellecida por un artesanado mudéjar del s.XVI, donado por la Condesa de Santa Pola. Una vez dentro no podemos dejar de visitar El Salón de Sesiones y la vieja Alhóndiga en el sótano. En la fachada se puede observar su puerta adintelada adornada a un lado por el escudo con el cáliz y la estrella de la Ciudad de Cuenca hermanada a Ronda. Al otro lado, el escudo de Ronda, otorgado por los Reyes Católicos, así mismo las dos plantas superiores repletas de arquería sobre piedra en toda su extensión.

En el gran jardín central lleno de cedros, cipreses, palmeras, laureles, se erige una estatua de busto dedicada a la Duquesa, Trinidad von Scholtz-Hermensdorff, una figura emblemática en la historia de Ronda. Fue dama de honor de la Infanta María Teresa, hija de Felipe IV y sufragó la artesanía local, al dotar a la ciudad de talleres donde se practicaba la talla en madera y el trabajo con forja, estos talleres fueron construidos en esta misma plaza, embelleciéndola con jardines y una fuente para realzar su belleza y frescura. Fue una de las primeras mujeres que ocuparon escaño en España, aunque no bajo un régimen democrático, sino que fue designada por el dictador militar Primo de Rivera en 1927.

Destacaremos en la misma plaza: la Iglesia de Mª Auxiliadora, ubicada en las antiguas ruinas del Castillo de Laurel; la iglesia Convento Santa Isabel de los Ángeles; la Iglesia de La Caridad; y por último, los Antiguos Juzgados, un gran edificio blanco con las armas de los Reyes Católicos. Según la leyenda, nada que ver con la histórica, el edificio que ocupa hoy los juzgados fue la residencia de Margarita de Austria. Fue su hogar cuando vino a vivir a Ronda tras la muerte de su esposo Don Juan, heredero de los Reyes Católicos y dueño del señorío de Ronda. Se cuenta que fue tan duro el dolor que supuso su muerte que los Reyes decidieron cambiar el color blanco del antiguo luto por el negro vigente en nuestros días.

Descendemos hacia la Calle Armiñan, donde se encuentra la fachada de esos antiguos juzgados y nos topamos de frente con el edificio, que hasta no hace mucho, albergaba el Museo del Bandolero, trasladado al municipio malagueño de El Borge.

Esta calle Armiñan, que al devenir de los tiempos se ha ido ensanchando, tenía un recorrido típico de las juderías, así que en sus orígenes no sería difícil imaginárnosla sinuosa y sumamente estrecha. A ella asoman edificios de singular encanto, e incluso, alguna de las numerosas hermandades rondeñas, porque las gentes de Ronda, al igual que el resto de andaluces en los cuales están muy arraigadas las tradiciones de Semana Santa, viven con gran júbilo, expectación y alegría, la salida de las hermandades con sus tronos por las calles de la ciudad. Es el caso de esta Hermandad de Nuestro Señor del Ecce-Homo, Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora del Buen Amorel cristo es procesionado a a hombros y a pulso por los legionarios del Tercio Alejandro Farnesio 4º de la Legión de Ronda.



Seguimos descendiendo por la Cuesta de las Imágenes y pronto nos topamos con otra importante cerca amurallada que se conserva. Y es que durante la pertenencia islámica, la ciudad Musulmana se encontraba claramente delimitada por las murallas, como por la barrera natural que supone la garganta del río Guadalevín.


Llegamos a la Plaza Ruedo Alameda, que guarda con celo dos puertas de esta muralla.

A mediados del S. XVI, durante el reinado de Carlos I, se le añade este cuerpo de acceso de planta cuadrangular y con puerta principal almenada de estilo renacentista, consistente en un arco de medio punto en piedra, sobre el que figura un gran escudo real sostenido por el águila imperial. Esta Puerta de Carlos V tenía la función de ser el lugar donde se cobraban los arbitrios de la ciudad. Después de la restauración de 1965 esta puerta pasó a ocupar el espacio y disposición actual. En el lateral izquierdo mana una Fuente.

Le sigue la Puerta de Almocábar del S.XIII, que toma su nombre de la palabra árabe “Al-maqabir“, (puerta del cementerio) por estar cerca de la necrópolis central de extramuros según la cultura islámica. Fue una de las puertas principales de acceso a la ciudad y daba entrada al Barrio Alto, actualmente del Espíritu Santo y a la Medina Musulmana, a través de la desaparecida Puerta de las Imágenes. Construida entre dos torreones semicirculares en mampostería, con tres arcos consecutivos, los laterales de herradura y el central de forma ojival con abertura superior para el peine que protegía la puerta.

Desde esta plaza, que el 20 de mayo de 1485, congregó a las tropas castellanas al mando del Marqués de Cádiz, que pusieron fin a la dominación árabe de la ciudad y de la serranía, vemos asomar en el interior de las murallas la iglesia del Espíritu Santo, erigida por los Reyes Católicos a finales del siglo XV sobre la mezquita que existía en el Arrabal Alto. Su nombre viene dado a la coincidencia de la toma de la ciudad y el día de la Pascua y su estructura da la sensación de cierta imagen fortificada, debido a su origen de torre fortificada de la muralla.

El empedrado de las calles nos presentó un desafío para adentrarnos con la silla de ruedas en el encantador Barrio de San Francisco. Ante esta situación, tomamos la decisión de regresar por los caminos ya recorridos: la Cuesta de las Imágenes y la Calle Armiñan, dejando atrás la imponente iglesia del Espíritu Santo, que ahora se desvanece a nuestras espaldas.

En la primera (cuesta de las Imágenes) nos asomamos al fascinante Mirador del Camino de la Cijara, revelándonos otro elemento crucial de la muralla en el sector este de la ciudad: las murallas y puertas de la Cijara.

Atravesando este último callejón, nos dirigimos ahora a explorar el interior de las Murallas del Carmen, integrantes de la mencionada línea defensiva que resguardaba los antiguos arrabales islámicos de Ronda.

Hoy en día, este espacio ha experimentado una transformación encantadora, convirtiéndose en un escenario vibrante donde los rondeñ@s y visitantes encuentran un rincón especial durante el verano. Aquí, se disfrutan de conciertos bajo las estrellas, proyecciones de cine al aire libre y una variada gama de actividades que llenan el lugar de vida y entretenimiento, este enclave impregnado de historia y encanto.

El serpenteante paseo por las callejuelas nos lleva hasta la Plaza Abul Beka, donde se alza el  Alminar de San Sebastián, pequeña torre declarada monumento histórico artístico y que formó parte de una de las mezquitas de la ciudad y más tarde como campanario de la ya desaparecida Iglesia de San Sebastián. Su construcción data del siglo XIV, aunque su última parte se realizó durante la ocupación cristiana. Cabe destacar su puerta con arco de herradura rematada por alfiz. El alminar es un elemento característico de la arquitectura árabe desde el cual el almuédano o muecín llamaba a los fieles a la oración, llegó a ser un símbolo de la conquista musulmana en cada territorio conseguido. 

Descendemos por la atractiva Calle del  Marqués de Salvatierra, donde la nobleza se manifiesta en hermosos edificios blasonados, y cada paso revela pintorescos rincones que emanan una serenidad única.


Así llegamos al Palacio del Marqués de Salvatierra, uno de los rincones con más encanto de la Ciudad, presidido por una cruz de piedra, puesta aquí en el año 1965 en la reconstrucción del barrio antiguo y que nos recordó a nuestra tierra gallega.

Declarado Bien de Interés Cultural, posee una espléndida fachada barroca del año 1798, en sillería de piedra con puerta adintelada, columnas corintias y un gran balcón de forja rondeña.


Curiosa representación de un Green Man sobre la puerta principal, que en nuestra tierra también vimos representado como un misterioso ser de la mitología celta.




El elemento más llamativo de esta portada lo forma el grupo de cuatro figurillas incas a la manera de los atlantes de la arquitectura clásica. De influencia colonial con cierto manierismo, las figuras masculinas se burlan y sacan sus lenguas; mientras las femeninas ocultan pudorosamente "sus partes".

Sostienen sobre sus cabezas un frontón recto en cuyo centro se aloja el escudo nobiliario de la familia, que encabezara Vasco Martín de Salvatierra, a quien los Reyes Católicos concedieron las casas de arquitectura mudéjar que existían donde hoy se encuentra el palacio, mandado construir por sus sucesores.

El interior de la vivienda representa la casa rondeña de los s. XVII- XVIII con un gran patio central y aljibe de bello brocal. Se destacan igualmente mobiliarios de distintas épocas, solería Sevillana del s. XVII, y un ejemplar de Pinsapo Abies en el jardín. Desde la casa podemos contemplar las murallas del Barrio Bajo o Judería, la Iglesia del Espíritu Santo, los baños árabes y el Mercadillo.

En las inmediaciones a este, se encuentra la Casa del Rey Moro, conjunto monumental con una larga historia que comienza en el siglo XIV y alcanza hasta el siglo XX. Se compone de tres partes: una mina de agua de época musulmana (uno de los ejemplos mejor conservados en España); una casa de estilo neomudéjar proyectada por la Duquesa de Parcent a principios del siglo XX; y un jardín diseñado por Jean Claude Nicolas Forestier por encargo de la Duquesa (primera obra reconocida del francés en nuestro país), declarado Bien de Interés Cultural. La notabilidad  de los jardines se encuentra enraizada en la espléndida armonía, meticulosamente adaptados a los accidentados relieves de la roca. La magnificencia de este entorno se ve exaltada por la encantadora presencia de la solería sevillana y las fuentes de mármol que emulan el refinado estilo nazarí.

El acceso a los subterráneos de la Mina se materializa desde estos exquisitos jardines, una obra concebida por Abomelik a principios del siglo XIV, un período histórico en el que Ronda se encontraba estratégicamente ubicada entre el reino árabe de Granada y el reino cristiano de Sevilla. Esta asombrosa proeza de ingeniería alberga estancias, mazmorras y galerías destinadas al almacenamiento de agua y grano, culminando en la sala de los secretos, donde una intrigante bóveda semiesférica establece una conexión directa con el aljibe, abastecido con las aguas del río Guadalevín.

Como mencionamos al principio de esta travesía, algunas de las sinuosas calles del casco antiguo presentan grandes desafíos para personas con movilidad reducida sin la ayuda de otras personas. Un claro ejemplo es la empinada y empedrada Cuesta de Santo Domingo, que nos conduce hacia el fascinante Arco o Puerta de Felipe V, construido después del colapso del primer Puente Nuevo en 1741 con el propósito de mejorar el acceso a la ciudad.

El Arco fue erigido durante el reinado de Felipe V, el primer monarca de la dinastía Borbón en el trono español, de ahí su nombre. Donde ahora se ubica se encontraba la antigua Puerta Árabe del Puente que unía las dos partes de la ciudad. Está ornamentado con la concha de los Anjou y el escudo de los Borbones, convirtiéndolo en una pieza fundamental en la historia de Ronda. Adosado a él se encuentra un sillón de piedra conocido como el Sillón del Moro.

A pesar de los retos que nos planteó el descenso, logramos llegar, sanos y salvos, al emblemático Puente Viejo, erigido a finales del siglo XVI con la finalidad de poner en comunicación la antigua medina islámica con el nuevo barrio del Mercadillo (actual barrio de Padre Jesús) surgido tras la reconquista de Ronda por los Reyes Católicos. Pero su origen es discutido, para unos es romano y reconstruido por los árabes, aunque para la mayoría de autores es de construcción musulmana. Lo que sí es claro es que después de la conquista debió quedar destrozado y tuvo que ser reparado urgentemente. De esta forma el rey ordenó en 1486 a Juan Torres que realizara el puente. Las obras transcurrieron muy lentas y cuando por fin estaban terminadas, en 1616 fue destruido por una riada que se lo llevó por delante.

Se asienta sobre el conglomerado rocoso del lecho del río y consta de un solo arco de 10 metros de diámetro y 31 de alto. Uno de los miradores más sublimes para contemplarlo son los cercanos Jardines de Cuenca.

En el siglo XVII se transformó totalmente y en las restauraciones de los años 60 del siglo XX, se le añadieron el pretil y los cuatro balcones desde donde contemplar el impresionante tajo.

Asomándonos a los balcones del puente, también vislumbramos la hermosa figura del Puente Romano o de San Miguel situado a la entrada del famoso Tajo de Ronda (garganta), en la que fue entrada principal de la Ciudad a través de la Puerta de la Puente, hoy desaparecida, flanqueado por una torre defensiva, también desaparecida, y muy cerca de los Baños Árabes.

Popularmente se conoce como Puente Romano, sin embargo, no existe nada en su fábrica que delate tal procedencia, pero a pesar de ello se piensa que en esa época debió de existir un puente que hiciera las funciones del actual: acceder a la ciudad desde el norte. Es por ello que el puente que vemos hoy en día está datado en tiempos de los musulmanes. En esta zona, con el paso del tiempo, se instalaron artesanos que trabajan los textiles, por eso también tuvo el nombre de Puente de las Curtidurías. Es necesario señalar, que la construcción de un sólo arco ligeramente apuntado, ha sufrido varias reparaciones a raíz de las diferentes destrucciones causadas por las crecidas del río, por lo que el puente que vemos hoy en día no es totalmente islámico. No obstante, se pueden apreciar partes de su trazado original, como los estribos y algunos tramos del paramento.


Tras cruzar el puente nos topamos con la Fuente de los Ocho Caños, un lugar emblemático de Ronda donde se recrearon tantas escenas románticas de películas, poemas, novelas e incluso de óperas como Carmen. Como ya dijimos, esta zona acogió el Mercadillo, y llegó a tener tanta importancia que era aquí donde se realizaban las Ferias de Ganado. Cuando el rey fue informado del número de personas y ganado, mandó que se construyese esta fuente para saciad la sed de las personas y la de los animales. En su parte superior podemos ver un frontón triangular, en cuyo centro se encuentra el escudo de la ciudad de Ronda con dos medallones a ambos lados, donde unas inscripciones hablan de la construcción de la fuente, en ellas se dice que su origen está en el reinado de Felipe V. La parte superior se encuentra rematada por cuatro pináculos y en su esquina más alta por una cruz. Posee dos caras bien diferenciadas, una contiene los 8 caños decorados con rosetas encuadradas que le da nombre, cuyos grifos son modernos sustituyendo a los abiertos que habían en la antigüedad. El agua sobrante va a parar, a través de un único caño, a la pileta que se encuentra en la cara opuesta, destinada para el abrevadero de los animales.

A la derecha de nuestra imagen despunta el llamado Arco del Patio de Santa Ana, una portada de piedra del edificio que se encontraba en la calle Cruz Verde y que era la sede de los inquisidores locales (de ahí el nombre de la calle) y que, tras su recuperación y traslado, luce en este lugar como paso al residencial de unos bloques de pisos. En ella podemos ver, entre otras cosas, el símbolo del Ave María.

En la misma plaza, se comenzó a construir en el siglo XV y se terminó en el siglo XVI, la primera iglesia cristiana de Ronda dedicada a Santa Cecilia, actual Iglesia de Nuestro Padre Jesús, para que comerciantes, visitantes y lugareños tuvieran un lugar sagrado donde acudir para cumplir con sus obligaciones religiosas, puesto que al estar la ciudad dividida por el tajo, era un camino muy largo para los habitantes de esta parte asistir a los ritos religiosos en el centro histórico.

Junto al templo, en la calle Santa Cecilia, se erige el monumento a Ana Amaya Molina, conocida como “Aniya la Gitana”, la creadora de los palos rondeños, con su nieta Carmen Amaya continuando su legado.

Ascendemos ahora por la calle Virgen de los Remedios, no sin dificultad por su pendiente, y desembocamos  en la popular Plaza del Socorro, una de las plazas más emblemáticas de Ronda y de las más concurridas por todo  el que vive o pasa por Ronda.

Aquí decidimos concedernos un breve respiro y aprovechamos la ocasión para añadir un toque de dulzura a nuestro paseo por esta encantadora ciudad, degustando alguno de los deliciosos dulces que preparan en la afamada Confitería Las Campanas.

Este establecimiento no solo es uno de los más conocidos por sus exquisitos pasteles, elaborados de una forma 100% artesanal cada día por sus maestros pasteleros. También es especialmente conocida por elaborar uno de los productos más conocidos de la Serranía, como son las Yemas del Tajo.

Después de reponer azúcares por el esfuerzo realizado, exploramos con detenimiento esta plaza, que después de la Guerra de Independencia contras los franceses quedó en un estado bastante ruinoso y se tuvo que restaurar casi en su totalidad, levantándose los edificios de alrededor, en cuyos dinteles se encuentra el símbolo del círculo y la cruz del torero rondeño Pedro Romero, considerado el inventor del toreo a pie.

En su centro se sitúa una fuente en el que vemos el grupo escultórico que forma el escudo de Andalucía. Y es que fue en Ronda donde, en la Asamblea Andalucista, fue elegido este símbolo para representar el sentimiento andaluz, en el que vemos dos columnas y a Hércules casi desnudo que tiene a ambos lados a dos leones, uno casi alzándose y el otro agachado. Durante la aprobación del Estatuto de Autonomía andaluza y la constitución de la Comunidad Autónoma el 28 de febrero de 1980, se designó este grupo como símbolo territorial a la vez que fue añadida también a la bandera de Andalucía.

Cerrando la plaza por ese extremo se sitúa el edificio del Círculo de Artistas, obra del arquitecto modernista Pedro Alonso Gutiérrez. En 1918 contó con la presencia del padre de la patria andaluza, Blas Infante, para proclamar los símbolos del andalucismo: la bandera, el escudo y el lema.

En un lateral se alza la Iglesia del Socorro, que da nombre a la plaza, fue destruida e incendiada durante la Guerra Civil Española en el año 1936, y posteriormente reconstruida en el año 1956, por desgracia sin poder aprovechar nada del antiguo templo. No se poseen datos concretos sobre su fundación, se afirma que se levantó la primitiva ermita en el lugar donde estuvo el Real Maestre de Calatrava en la conquista de la ciudad, luego lazareto y por último hospital de pobres y peregrinos, que recibió el nombre del Socorro. Presenta una fachada con arco de medio punto, un frontón partido con una hornacina del Niño Jesús y dos torres cuadradas con tejadillos de azulejos y balcones con forja rondeña.

Concluimos nuestro estupendo paseo por la ciudad, en la principal arteria peatonal y comercial llama oficialmente Carrera Espinel, en honor a Vicente Espinel, sacerdote, escritor y músico español del Siglo de Oro. Esta calle es conocida popularmente como calle de la Bola, pues aquí se reunían jóvenes y mayores para jugar al Juego de la Bola, consistente en lanzar una bola de hierro, con un peso de 3 kg, a pie quieto o en carrera y sobre suelo terrizo. Ganaba el jugador que cubría la distancia fijada en menos golpes.  Otras historias, estas sin fundamento, hablan de una gran bola de nieve que hicieron unos niños y rodó por la calle después de una nevada importante.

Con un kilómetro de longitud y nueve tramos, en esta calle peatonal se pueden encontrar tiendas de todo tipo y es donde se desarrolla la vida comercial de la ciudad.

Se hacia la noche, y sentimos la imperiosa necesidad de no abandonar esta preciosa ciudad sin antes acercarnos al Mirador de la Hoya del Tajo. Allí, buscamos capturar la imagen más característica, el icónico símbolo de Ronda, que se revela en toda su majestuosidad. 


Es importante señalar que al descender en coche, se debe tener extrema precaución al subir, especialmente en las pronunciadas curvas. La combinación de la pendiente y la superficie de la Calle de los Molinos puede hacer que el coche patine, requiriendo una conducción cuidadosa para garantizar la seguridad en este trayecto.

¡Un saludo de Mónica, Laura y Alberto!

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https://es.wikipedia.org/wiki/Ronda

https://es.wikipedia.org/wiki/Casa_del_Rey_Moro_(Ronda)

https://historiamujeres.es/vidas/von_Scholtz_trinidad.html

https://www.disfrutamalaga.com/ronda

https://www.andalucia.org/es/ronda

https://andaluciarustica.com/ronda-fuente-de-los-ocho-canos.htm

https://es.wikipedia.org/wiki/Aniya_la_Gitana

https://es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_de_Santa_Mar%C3%ADa_la_Mayor_(Ronda)

https://www.museoderonda.es/index_module_historia-de-ronda_arunda-romana-siglos-II-aC-VII-dC.html

https://www.ruralsierrasol.es/que-hacer-y-que-ver-en-ronda/

https://owaytours.com/blog/los-7-rincones-secretos-de-ronda/

https://ronda.ws/ronda-2/monumentos-de-ronda/

https://ronda.ws/ronda-2/personajes-de-ronda/duquesa-de-parcent/#google_vignette

https://www.rtve.es/play/videos/los-pilares-del-tiempo/vertigo-desafio-gravedad/6912305/

https://casamuseodonbosco.com/es/historia/

https://museobandolero.com/los-viajeros-romanticos

http://lacantimploraverde.es/ceramica-a-los-viajeros-romanticos-de-ronda-malaga/

https://www.esturismo.eu/Europa/Espana/Ronda/Fuente_Ocho_Canos_Ronda.html

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https://viajando-de-sevillanas-maneras.blogspot.com/2016/10/paseo-por-ronda-malaga.html

https://www.castillosnet.org/fortificacion.php?r=MA-CAS-109

https://ayuntamientoronda.es/wp-content/uploads/2021/10/Murallas-de-Ronda.pdf

 https://radioronda.net/ronda-dedica-dos-monumentos-junto-a-la-plaza-de-toros-a-los-insignes-personajes-orson-welles-y-ernest-hemingway-por-su-gran-vinculacion-con-la-ciudad/

https://www.esturismo.eu/Europa/Espana/Ronda/Calle_Tenorio_y_Alrededores.html

https://www.esturismo.eu/Europa/Espana/Ronda/Plaza_Ruedo_Alameda_Ronda.html

 https://www.malaga.es/es/laprovincia/patrimonio/lis_cd-5243/puente-viejo

http://www.serraniaronda.org/html/body_puente_viejo.html

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