IGLESIA DE SANTA CRUZ, BAEZA

Dentro del antiguo recinto amurallado de la histórica ciudad jienense de Baeza (que junto con la cercana ciudad de Úbeda fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2003), y frente a la algarabía decorativa del gótico flamígero que Guas imprimió a la fachada del PALACIO DE LOS MARQUESES DE JABALQUINTO (antiguo seminario y hoy  universidad internacional de Andalucía), se alza ruda, sencilla, sobria, como la época que la vio nacer, la fábrica del más antiguo templo baezano existente en la actualidad, la de la IGLESIA DE SANTA CRUZ, que guarda en su seno la síntesis de las más primitivas formas arquitectónicas utilizadas por el cristianismo durante la edad media.

A lo largo de sus trece siglos de existencia, esta iglesia ha tenido una vida cambiante, que incluso la llevó a la ruina, de la que la ha salvado una de las más inteligentes y completas restauraciones que la Dirección General de Bellas Artes ha realizado en esta zona.

Tras la victoria de castellanos, aragoneses y navarros en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212, la región andaluza más próxima a Sierra Morena fue rápidamente conquistada por los cristianos. Así, Fernando III conquistó Baeza en 1227 y el cristianismo se asentó en la ciudad, donde se levantaron varias iglesias con un románico tardío: las de SAN JUAN BAUTISTA, SAN PEDRO y esta iglesia, la única de ellas que se conserva completa. Todavía en aquellos años del siglo XIII era habitual la construcción de templos del románico rural, ajenos a la llegada de la arquitectura gótica francesa que se aplicaba a grandes construcciones (sobre todo a catedrales). Además, es una auténtica rareza, ya que pocas construcciones románicas se encuentran en Andalucía actualmente.

De pequeñas dimensiones, presenta un exterior austero propio del románico y que contrasta claramente con el renacentismo de su ilustre vecino. El templo está formado por muros compactos de mampostería con solo dos estrechas ventanas en cada lateral. Tenía la iglesia dos portadas, una en el muro sur y otra en el opuesto. La primera es la que se ha conservado integra y por sus características ha de ser clasificada en el grupo del románico salmantino. Con tres arquivoltas de medio punto que incluyen puntas de diamantes, esta puerta tiene un tejaroz cuyo alero es sostenido por canecillos donde se combinan formas de proa de nave y también elementos figurados interesantes como un hombre en cuclillas y alguna cabeza de animal, etc.

La puerta del muro norte, lado del Evangelio, ha aparecido al hacerse la restauración en el arco de acceso a la capilla, que en época bien posterior allí había sido construida.

En el muro oeste, se abrió en el año 1930 una puerta nueva para permitir la salida de los tronos procesionales de la Cofradía de la Santa Vera Cruz, consumándose con ello un nuevo atentado artístico contra este templo, ya bastante injuriado por revocos y encalamientos. Al hacerse la restauración en curso, con el fin de mantener el funcionalismo de esta puerta y el estilo propio, ha sido acoplada en ella una puerta románica de las mismas características que la del muro sur, procedente del templo románico de SAN JUAN BAUTISTA, totalmente arruinado y hoy día escasamente reconstruido. Encima se sitúa un óculo abocinado de considerables dimensiones.

Cuando accedemos al interior nos sorprende el espacio tan amplio y diáfano que nos encontramos y donde se distinguen dos partes bien diferenciadas; la cabecera, de una sola nave de de medio cañón cerrada por el ábside semicircular y el cuerpo del templo dividido en tres naves por tres pares de columnas. La capilla mayor presenta la típica desviación respecto al eje, propia de las iglesias de esta época. Considerada como un simbolismo de la inclinación de la cabeza de Jesús, después de muerto, más que como una falta de replanteo y mal acoplamiento de fábrica.

La nave central se prolonga en una bóveda de cañón donde se pueden ver los restos de PINTURAS MURALES al fresco del siglo XV y XVI, descubiertos en la década de los noventa del siglo pasado. En la parte central, bajo una leyenda en caracteres góticos que dice: “COMO JHS: XPO … CRUCIFICADO: I: ESTA: ACOMPAÑADO: DE: SU: BEDITA: MADRE: STA: MARIA: Y: SAN: JUA: I: LA: MAGDALENA”, se distinguen aún la cabeza nimbada, los brazos extendidos, el tórax y el sudario del señor, un sol y otra cabeza nimbada con gesto de dolor, acaso la de San Juan. El resto aparece cubierto o borrado por una capa de cal rosada, como igualmente las partes laterales, si bien en la de la izquierda se puede leer una banda en la parte superior también en caracteres góticos, que dice: “JHS: XPO: CENO: CON: SUS: DISCIPULOS”. Y debajo de ella varias cabezas nimbadas, el paño de la mesa y un plato sobre él, todo muy borroso, advirtiéndose en la parte del centro de este lateral y en el de la derecha trazos indescifrables de sendas bandas con leyendas, que debieron corresponder a los motivos religiosos pintados debajo de ellas.

En el intradós del arco de la capilla que hay al lado del Evangelio, en el ábside, aparecen, a la izquierda, un San Sebastián enmarcado en una moldura de color dorado con una coronación de concha o trompa, de marcado sabor renaciente, y a la derecha, otra pintura que representa a la Virgen sedente bajo dosel, flanqueada por dos angelillos, dando el pecho al Niño Jesús, motivo frecuentísimo en la época; carece de marco, pero si hay una leyenda gótica en la parte superior.

En el interior de esta capilla, ocupando todo el paramento derecho, se conserva otra gran pintura que representa el martirio de Santa Catalina en la rueda del tormento, dos sayones o verdugos, un rey, personas asomadas a las ventanas  de los edificios y angelillos en el cielo. Todas estas pinturas, que por su estilo y composición pueden fecharse en el siglo XV, algo avanzado, conservan casi integras sus líneas y dibujos del contorno y únicamente los colores han desaparecido por completo o están muy desvaídos. Se ignora el autor de ellas, que bien pudo ser algún maestro de la escuela sevillana tan floreciente por aquella época, que anduvo por estos contornos.

Según leímos, en la misma restauración apareció, en el lado de la epístola, un arco de herradura de estilo visigodo, rarísimo ejemplar en esta zona de Andalucía, intensamente colonizada por el Islam y por ende con los edificios religiosos de los cristianos sometidos a frecuentes destrucciones en las sucesivas oleadas de invasiones y civilizaciones musulmanas. Lo que hace pensar que en este mismo emplazamiento existiese un antiguo templo cristiano, sobre el que se construyó el actual. Sin embargo, algunos autores lo consideran una obra del siglo XX, es decir, un falso histórico que quiso imitar lo antiguo sin respetar la veracidad del edificio.

Por último, cabe recordar que al norte de la iglesia hay una capilla tardogótica cubierta con bóveda de crucería estrellada que cubrió la portada románica norte.

Por fortuna, la iglesia de la Santa Cruz ha llegado en un óptimo estado de conservación gracias a las sucesivas reformas que se han hecho. Hoy se puede seguir disfrutando de un templo único en España.

TODA LA INFORMACIÓN INCLUIDA EN ESTA PUBLICACIÓN HA SIDO RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES:

https://www.veracruzbaeza.com/introduccion-historica-santa-cruz.html

https://turismo.baeza.net/pois/iglesia-de-santa-cruz/

https://www.arteguias.com/monumentos/iglesia-santa-cruz-baeza.htm

http://www.arquivoltas.com/10-Andalucia/01-Baeza-SantaCruz.htm

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